El cambio de hábitos alimentarios que incluyan horas de descanso, actividad física y una alimentación saludable te ayudarán a tener un peso corporal saludable, y que el porcentaje de ese peso de esa grasa corporal sea adecuado. Pero si esa grasa corporal se encuentra por encima de la cantidad saludable debés tratar de perder ese exceso de peso ya que puede provocar diversos problemas en tu salud como la obesidad, resistencia a la insulina, intolerancia a los carbohidratos o hipertensión (presión arterial elevada).
En medio de “perder su grasa de más” un científico de la Escuela de Biotecnología y Ciencias Biomoleculares de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia, realizó un estudio en el 2014 para responderse una pregunta que pocas veces nos hacemos: ¿Dónde va la grasa cuando la perdemos? La respuesta a esta pregunta fue publicada en la revista British Medical Journal, y ya que la mayoría de las veces, nos concentramos hablar del papel de la alimentación para perder esos kilillos de más, la respuesta de este estudio es muy interesante, y vale la pena conocerla:
Cuando perdemos peso, exhalamos (o sea expulsamos) nuestra grasa como dióxido de carbono, un gas que es invisible a nuestros ojos y que se almacena en el aire.
A nivel molecular cuando consumimos carbohidratos y proteínas en exceso, estos se convierten en triglicéridos,(los cuales son moléculas de carbono, hidrógeno y oxígeno), y estos son almacenados en las células de grasa. Por esta razón es importante que tratemos de comer de forma adecuada de todos los grupos de alimentos ya que cada carbohidrato, grasa y hasta alcohol que consumamos se convierten en dióxido de carbono y agua, mientras que la proteína comparte el mismo destino pero una parte se convierte en urea y otros sólidos que se excretan a través de la orina. Por lo tanto cuando perdemos grasa liberamos el carbono que está almacenado en estas moléculas (los triglicéridos).
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Según los investigadores, para darte un ejemplo de cómo funciona, si seguimos, átomo a átomo, el destino de 10kg de grasa perdida, resulta que 8,4kg son exhalados en forma de dióxido de carbono a través de los pulmones. El resto, 1,6 kg, se convierten en agua, que abandona el cuerpo a través de la orina, las heces, el sudor, las lágrimas y otros fluidos corporales.
Entonces, si la grasa se convierte en dióxido de carbono, ¿si respiramos más seguido o fuerte perderemos más grasa? En realidad no. Respirar más de lo necesario se llama hiperventilación y solo correremos un alto riesgo de marearnos, desmayarnos, e incluso perder el conocimiento. La única forma en que podemos aumentar conscientemente la cantidad de dióxido de carbono que nuestro cuerpo está produciendo es moviendo los músculos, a través de la actividad física.
Por otro lado el descanso también tiene participación en la pérdida de grasa. Nosotros exhalamos aproximadamente 200 gramos de dióxido de carbono mientras estamos profundamente dormidos(as) todas las noches, por lo que al levantarnos de la cama ya hemos exhalado una cuarta parte de nuestro objetivo diario.
La clave entonces para perder peso en grasa es comer de forma balanceada, dormir bien (se recomienda de 6 a 9 horas), y ser constantes y disciplinados en mover nuestro cuerpo haciendo ejercicio. Si durante la práctica de este, te concentrás en exhalar de forma consciente, lograrás perder peso en grasa en un respiro.