Esta semana por ser la del “amor y la amistad” uno de los alimentos que más se compran, se regalan, y se disfruta es el chocolate, por eso se ganó el lugar de protagonismo en este artículo. Muchos lo consideran como uno de sus mayores pecados y otros son fieles consumidores s este postre, alimento o gusto culposo.
Ahora que están muy de moda los superfoods o superalimentos, se ha nombrado al cacao (la materia prima con la que se fabrica el chocolate) como uno de estos alimentos que en una dosis muy pequeña nos aporta muchos beneficios para la salud. El cacao nos proporciona vitaminas como la B12, minerales como hierro, calcio, magnesio y antioxidantes que nos ayudan a mantener la presión arterial controlada, combate al colesterol malo, mantiene el índice glicémico, nos proporciona placer y por ende, bienestar, y nos ayuda a liberar el estrés.
El chocolate se fabrica a partir del cacao puro pero se mezcla con manteca de cacao, azúcares refinados, leche, e incluso caramelo, licores, jaleas o frutos secos. El chocolate puede aportar muchas calorías vacías que al final se acumulen en forma de grasa corporal, aunque también aporta beneficios a nuestra salud si se consume el tipo adecuado y en la cantidad adecuada.
Se recomienda consumir chocolates que cuenten con una pureza de 75% o más de cacao, o sea, entre más oscuro y mientras menos azúcar, leche, y cremas o jaleas contenga mejor. Por debajo del 75% o con ingredientes adicionales como caramelo, licores y dulce suelen contener manteca de cacao.
El chocolate (en especial es oscuro) posee antioxidantes que provienen del cacao y por lo tanto tiene virtudes antidepresivas, estimulantes y euforizantes por ser rico en feniltilaminas que son neurotransmisores que el organismo sintetiza (en especial cuando la persona está enamorada) y actúan contra el humor depresivo, pero en dosis muy altas pueden causar nerviosismo. Además, es rico en hierro y triptófano (un aminoácido que participa en la producción de serotonina, “la hormona de la felicidad”) por esta razón se recomienda incluir en la alimentación de una persona que sufre de depresión.
El consumo de chocolate nos hace sentir bien por razones piscológicas. Desde que somos pequeños se da un lugar especial a este alimento, se acostumbra a regalar chocolates como una recompensa, por ejemplo en un cumpleaños o al sacar buenas notas. Se asocia entonces con estímulos positivos, e inocentemente su consumo nos devuelve a esos momentos agradables de nuestra infancia, produciéndonos la misma sensación de bienestar. Es por eso que al ser adultos los chocolates se convierten en una de las opciones para regalar al querer expresar efecto, gratitud o para felicitar a otra persona especial o por algún motivo especial.
Si estás pensando en regalar chocolates buscá una opción sin relleno, sin mucha grasa o azúcar, y con un porcentaje elevado de cacao para que puedas expresar afecto y al mismo tiempo regalar un alimento que puede llegar a ser saludable si se consume un pedacito pequeñito (tamaño “fun size”) lleno de beneficios para la salud de la persona que apreciás.
Fotografías por Natalia Salazar