La noche del 24, Navidad, fiestas para celebrar la culminación del año, reuniones anuales, cafés o cenas con amigos, compañeros, familia y Año Nuevo son algunas de las actividades que surgen en esta época del año, donde en todas habrá un invitado en común: comida.
La comida es nuestra única fuente de energía y de nutrientes que nuestro cuerpo no puede producir por sí solo. Dependemos de ella para vivir, pero en ésta época del año, cobra un sentido más allá de alimentarnos y nutrirnos; el que sea saludable o no, pierde relevancia y se convierte en una forma de compartir, de pasarla bien, de expresar afecto, para muchos es el momento perfecto para celebrar metas alcanzadas y para otros es una forma de escapar o desahogarse de aquellas cosas que no salieron como se esperaba durante el año.
Sumado a esto, el azúcar, la grasa, las harinas y el alcohol son principales ingredientes de las preparaciones más tradicionales de esta época: hay tamales, queque de Navidad, rompope, ponche, pierna de cerdo, en algunos lugares hay pavo, hay galletas, dulces, chocolate, gaseosas, cerveza y brindis con una larga lista de bebidas alcohólicas para todos los gustos.
Una de las situaciones más comunes es que quienes se encuentran en un control nutricional le huyen a la consulta para poder portarse mal sin remordimiento, porque se cree que todo lo mencionado anteriormente es “prohibido” y se aplica mucho el dicho de “mejor pedir perdón que pedir permiso”. Sin embargo, tener un estilo de vida saludable o cuidar de nuestra nutrición, no significa privarse por completo de celebrar esta época del año incluyendo preparaciones especiales que tienen un significado tan importante para muchos de nosotros.
Sí se puede lograr un balance que NO es estar a dieta y decirle que no a todo. Se puede disfrutar de las actividades navideñas y ser saludable sin remordimientos. A continuación te doy algunos consejos para que podas lograrlo:
- Planificá tus celebraciones y organizá las demás comidas del día, de esta forma que puedas tener una idea de cómo, qué y donde podrían ser tus tiempos de comida para que evites saltártelos la mayoría de las veces.
- Procurá desayunar de forma saludable, ya que es de los tiempos de comida que se alteran menos. Un desayuno nutritivo debe aportarnos proteína como huevo o queso, carbohidrato como pan, tortilla, cereal o avena y fruta ya sea en jugos o en trozos. Pueden haber otros alimentos invitados como los lácteos, vegetales, té o café, pero lo ideal es no saltarse este tiempo de comida.
- Si aprovechás la época para levantarte tarde lo más recomendable es hacer una merienda fuerte pero no que esperés hasta el almuerzo, ya que varias horas de ayuno mientras estabas dormido y necesitas darle energía a tu organismo para comenzar el día.
- No te saltés las meriendas y procurá que estas sea bajas en calorías como frutas, jugos o un yogurt, sobre todo si sabes que vas a asistir a un almuerzo, café o cena para celebrar la época.
- Tomar agua debe ser parte de tu día, ya sea si sigues trabajando, si fuiste a pasear o hacer compras navideñas. El agua pura no solo va a mantenerte hidratado, va a ayudarte a diferenciar mejor entre la sed y el hambre, y también a no consumir tantas bebidas azucaradas a las que recurrimos por falta de tiempo durante la época.
- Si vas a ir a un café navideño, a una fiesta o cena en la noche, en la que lo más probable sea que hayan comidas más cargadas de calorías, procura desayunar adecuadamente, merendar y almorzar de forma liviana, incluyendo más frutas y vegetales, evitando las frituras, y los excesos de harinas pero igual consumiendo al menos una porción (no las acumules todas en un solo tiempo de comida) y excesos de grasa y azúcares.
- Las bebidas que escojás pueden hacer una gran diferencia. El rompope, vinos, gaseosas, y cervezas son bebidas que muchos incluyen para pegarse un gustillo y celebrar. Hay que tomarlas en cuenta a la hora de elegir las otras bebidas del día si querés tomarte el gustillo en algún momento y teniendo en cuenta que todos los excesos llegan a ser poco saludables, entonces la clave es no excederse, sobre todo en el consumo de alcohol, y controlar la cantidad de azúcar que estés consumiendo el resto del día.
- Si vas a desvelarte en una celebración recordá que es súper importante comer cada 3 horas para mantener tu metabolismo acelerado por lo que si luego de cenar vas a seguir despierto por mucho tiempo, lo ideal es que hagas una merienda después de la cena.
- Una de las formas más prácticas de balancear el día en esta época es con el ejercicio. Si se tiene una rutina procurá no abandonarla por completo. Aprovechá el clima e incluí la actividad física dentro de tus actividades navideñas.
Si se puede seguir siendo saludable y celebrar Navidad y en fin y principio de año sin remordimientos ni muchísimos sacrificios, hay que ser organizado, tener dominio propio y saber poner límites que nos permitan llegar más allá de lo que nos propongamos.
Fotografías por Natalia Salazar