Alternativas ecoamigables. El consumo y la producción sostenible consisten en hacer más y mejor con menos. Y cada uno de nosotros podemos aportar a ese, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, eligiendo mejor los productos que adquirimos. En esta nota enlistamos algunas opciones de cuidado personal amigables con el ambiente y te contamos la experiencia de Lily Cabezas, quien decidió hace cinco años cambiar sus hábitos de consumo a cero residuos.
Erika Rojas R.
Cada vez son más los proyectos e iniciativas públicas y privadas que fomentan el ecologismo en nuestro país para evitar las consecuencias fatales del calentamiento global. Y cada uno de nosotros podemos aportar a ese, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. ¿Qué podemos hacer? Mucho.
De acuerdo al informe “Estudios económicos de la OCDE: Costa Rica 2020”, mientras que los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) reciclan en promedio el 33% de sus residuos, en Costa Rica se recicla solamente el 6,6%. Eso quiere decir cinco veces menos.
Actuar desde nuestras posiciones, en la casa, trabajo y comunidad, es vital para que poco a poco, como país, podamos modificar esa cifra. ¿Cuáles cambios podemos poner en práctica para reciclar al máximo y cuidar el medio ambiente?
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Una de las acciones que pueden marcar la diferencia es modificar nuestros hábitos de consumo eligiendo alternativas ecoamigables. Por un lado, no podemos esperar a que sean las grandes organizaciones las que lideren el cambio, y, por otro lado, debemos tener conciencia de que no es suficiente solamente usar bolsas de tela o reutilizables para ir al super o dejar de comprar botellas de plástico de un solo uno.
¿Conocés los productos de cuidado personal que cumplen con los principios de sostenibilidad?
Cepillos de dientes: existen cepillos fabricados con bambú y cerdas naturales 100% biodegradables.
Champú: sólido (tipo las barras de jabón), o en crema, empacado en botes de plástico reutilizado, son algunas opciones para evitar la compra de botellas que terminarán en la basura. Algunas tiendas también ofrecen la opción de llevar nuestro propio recipiente y hacer refill de champú líquido.
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Discos de tela reutilizables para desmaquillar: una de las mejores soluciones para evitar la compra de toallitas o algodones para desmaquillar. Además, en Internet podés encontrar tutoriales para fabricarlos, idealmente con tejidos como algodón.
Rasuradora de acero inoxidable: es un super producto para olvidarnos del plástico de usar y tirar, que es lo que hacemos con las rasuradoras o maquinillas desechables.
Esponja exfoliante de bambú: utilizar un artículo de origen vegetal garantiza que sea 100% orgánico y eso hace que esta esponja sea recomendable.
¿Es fácil dar el paso al movimiento cero residuos y cero plástico de un solo uso?
“El producto que más me costó encontrar fue el champú para el cabello, la verdad, pero hay opciones super buenas y super económicas, yo he utilizado champú en barra o en crema, los cuales se venden en envases reutilizables (…) Hay marcas que están buscando cómo dar utilidad o una segunda vida al plástico y eso también es importante, fijarnos cómo están maximizando los recursos las empresas. En esa misma línea es importante aprovechar los productos ecoamigables que están creando los emprendedores locales”, explica Lily Cabezas, quien hace cinco años decidió tomar el camino de cero residuos y cero plástico de un solo uso.
Lily Cabezas es “activista dispuesta a hacer cambios radicales para proteger la naturaleza”. Dice que es promotora del cambio ambiental y social y que le gusta hablar de cambio humano en lugar de cambio climático, “pues si cambiamos nuestros hábitos de consumo somos más conscientes, sensibles y amorosos con el medio ambiente”. Además, es directora de proyectos para una compañía.
El cambio de Lily empezó gracias a dos experiencias en la naturaleza. “Siempre he tenido cierta conexión con la naturaleza, siempre he estado involucrada en rescate de animales y temas así, pero mi consciencia se desarrolló cuando me estaba preparando para subir a la cima del cerro Chirripó; en ese proceso de entrenar en las montañas me encontré con tanta basura que ya no era solo entrenar, era recoger todo lo que encontraba tirado. Después de eso me invitaron a una limpieza en Barra del Parismina, en Limón, y ese voluntariado me cambió la vida, porque ahí encontré kilómetros y kilómetros de playa llenos de plástico (…) y cuando empecé a juntar la basura me di cuenta de que eran cosas que yo usaba: pasta de dientes, botellas de champú, cepillos de dientes, cosas que usaba en el día a día. Me di cuenta de que no es suficiente dejar de usar botellas de plástico de un solo uso, sino que tenía que ver con todos mis artículos de aseo personal, belleza, y otro montón de artículos que tengo, que realmente no necesito”, cuenta.
Después de esas experiencias llegó a su casa, empezó a investigar y a hacer pequeños, y luego, grandes cambios. Como por ejemplo deshacerse del basurero que tenía en casa, dejar de comprar refrescos, hacer compras de productos a granel, hacer compostaje. Y más adelante moverse a la alimentación vegetariana y ahora vegana. Pero todo ha sido un proceso, los cambios los fue implementando poco a poco y ese es su principal consejo para cambiar hábitos de consumo y recudir los deshechos.
“Lo principal es que no tratés de hacerlo todo ya, podés ir por partes. También es importante recordar que lo más ecoamigable es lo que ya tenés, no hagás un cambio de todo ya, botando todos los cepillos de dientes y comprando otros de bambú, vamos poco a poco, asegurate de expandir el ciclo de vida de todo lo que tenés. No esperés cambiar todo de la noche a la mañana. Y otra cosa, siempre que queremos hacer grandes cambios es más fácil cuando los hacemos con alguien más, buscá a una amiga o amigo que te acompañe en este camino, recordá que somos muchos los que queremos un cambio”, finaliza Cabezas.