Identificar tus pensamientos, aceptarlos y trabajar en ellos. Esa es la primera recomendación cuando creemos que lo que nos pasa se llama ansiedad.
Erika Rojas R.
¿Qué es la ansiedad para vos?
“Que la mente no pare, y los nervios tampoco. Es como que no tengo el control de mis pensamientos, la mayor parte del tiempo obsesivos, sobre alguna cosa que me preocupa u otras que ni siquiera están ocurriendo pero yo encuentro en ellas una especie de amenaza. Así es, más o menos, mi ansiedad”.
¿Y en tu caso tiene algún efecto físico?
“Cuando estoy en un ataque de ansiedad no puedo quedarme sentada ni acostada, o quedarme quieta, siento ganas de vomitar y el corazón se siente acelerado. Pero a todos nos pasa diferente, no todos los que tenemos trastorno de ansiedad generalizada lo vivimos igual”.
¿Cómo descubriste el trastorno de ansiedad generalizada?
“Tengo 37 años y aproximadamente unos 10 años de haberlo identificado. Al principio uno solo piensa ‘bueno, todos siempre tenemos esa sensación de temor, o de miedo previo a alguna cita, o a un examen, y el mío es un toque exagerado’. Pero no. Empecé a leer porque un día me cansé, sentía que esto no podía ser normal. Y gracias a Dios di con un psicólogo, él fue la primera luz que me llevó a entender y tratar mi ansiedad”.
Esta es la historia de Jennifer, joven, profesora, mamá, ciclista y que, como cuenta, padece de trastorno de ansiedad generalizada (TAG).
Un estudio de la Universidad Estatal a Distancia (UNED) y la Universidad Nacional (UNA) realizado en octubre del 2020, es decir en plena pandemia, reveló que el 43,7% de la población consultada presenta sintomatología asociada con ansiedad generalizada severa, esa cifra contrasta con los resultados del mismo estudio realizado en marzo de 2020, cuando únicamente el 13,8% de las personas participantes manifestaron síntomas de ansiedad.
La investigación “Salud mental y relaciones con el entorno en tiempos de COVID-19” fue realizada por la UNED y la UNA, con el apoyo del Ministerio de Salud y la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y expertos españoles a una muestra de 6786 personas.
Identificar la ansiedad
“La ansiedad es una emoción que todos tenemos en algún momento de nuestras vidas, porque somos seres humanos. Pero sufrir o tener diagnosticado un trastorno de ansiedad generalizada, una exaltación a profundidad y ataques de pánico que te paralizan es diferente. Tener ansiedad en un tiempo o momento específico es una reacción fisiológica normal”, explica Sonia Isabel Silva, psicóloga.
En su criterio, es necesario analizar el tipo de pensamientos que estamos teniendo, con qué frecuencia y en qué condiciones se presentan para determinar si lo que tenemos es este tipo de ansiedad o el miedo común que todas las personas desarrollamos en situaciones cotidianas, como por ejemplo al subir a un escenario, antes de hacer un examen o al presentarnos a una entrevista de trabajo.
“Tenemos una sobrecarga de información en las redes sociales y vemos a muchas personas hablar de términos tan sensibles como ansiedad o emociones sin ser profesionales de la salud, sin ser psicólogos, y a veces le creemos más a esas fuentes y empezamos a adoptar términos como ‘soy ansiosa’, o ‘tengo ansiedad’ y en realidad el diagnóstico de ansiedad es mucho más sensible”, afirma Silva.
Por ejemplo, en situaciones sociales una persona con ansiedad se inhibe porque en su cabeza los pensamientos dolorosos no paran. “Es que me van a juzgar, me están viendo de más, estoy haciendo las cosas mal’, ese tipo de pensamientos, acompañados de una preocupación excesiva, es ansiedad. Si esos síntomas se presentan todos los días, o muy a menudo, es momento de pedir ayuda. Es importante recalcar que la ansiedad hace parte de los seres humanos, esa emoción no la podemos evitar, lo que sí podemos trabajar es la intensidad y la recurrencia de la emoción”, sostiene.
Encontrá más notas como este acá
¿En qué te puedo ayudar?
Para tratar la ansiedad social, con la comida, el TAG o fobias, que también se pueden expresar como una vertiente de la ansiedad, la principal recomendación es buscar ayuda profesional. Pero ¿cómo podríamos ayudar cuando no somos nosotros y más bien es un amigo, colega o persona cercana quien está viviendo esta situación?
“En una crisis hay anclas que te traen de vuelta a la tierra o ayudan a bajar ese sistema nervioso que está en alerta. Para llegar a esas anclas hay que pasar por un proceso de autodescubrimiento impresionante, un psicólogo te puede ayudar a encontrar esas anclas pero solo vos podrías saber qué te funciona. Por eso, cuando alguien a mi alrededor está en un ataque de ansiedad lo mejor es preguntarle en qué le podemos ayudar. Nunca imponer nuestra forma, sino ser empáticos.
“Aquí estoy para lo que necesites, si tienes una técnica que te haga sentir mejor dímela, yo estoy aquí”, es parte de lo que sugiere la psicóloga. “Que la persona te sienta presente, que sienta que no le va a pasar nada malo”.
Es muy importante validar las emociones, propias y ajenas, y buscar y ofrecer herramientas que puedan regular la ansiedad. “No tiene nada de malo sentir ansiedad, no tiene nada de malo ir al psicólogo, nadie debería sentir vergüenza al respecto, todo lo contrario, busquemos ayuda, porque no podemos huir de todo lo que es inherente a nosotros. Lo que resistes, persistes, si rechazas tu ansiedad, va a persistir, lo mejor que puedes hacer es trabajar en regularla y poder tener una vida más funcional”, finaliza Sonia Isabel Silva.