En esta época del año muchos de nosotros tenemos una agenda llena de actividades y celebraciones donde en la mayoría de los casos si somos invitados vamos a tener muy poco control u opinión sobre el menú que se va a servir. Si rechazás la comida puede interpretarse como que sos un odioso, repugnante, o delicado si por querer cuidar tu peso o nutrición durante estas fechas. Y si comés sin control, la culpa que te persigue a veces puede ser peor.
Ante esta encrucijada, ¿cómo podés cuidarte nutricionalmente cuando seas invitado a comer?
1.Primero buscá que los tiempos de comida alrededor de esa comida especial sean livianos y balanceados, donde en los tiempos fuertes incluyás una fuente de proteína, al menos una harina y más vegetales y frutas, que te aportarán pocas calorías pero te saciarán durante el día.
2. Si conocés el menú de antemano, podés jugar con las calorías o porciones de tus otras comidas, no te saltes los tiempos de comida, recordá que esto hace que tu metabolismo vaya trabajando de forma lenta, mientras que si comés cada 3 horas va a estar trabajando todo el día.
3. Si al llegar al evento, hay “cosas de picar” y sabés que habrá plato fuerte, lo mejor es que esperés al plato fuerte, evitando llenarte con papitas, maní o “dips” con mucha grasa. Aunque si llegaste con hambre podés servirte un platito pequeño y escoger 3 opciones para no pasarte mucho de la raya.
4. Muchas veces llegamos sin hambre pero al ver a los demás comiendo y escuchar el “crunch” de algunas de las preparaciones eso nos abre el apetito, es cuando buscar un platito pequeño, servirse y alejarse de la mesa de picar ayuda a controlar más las cantidades.
5. Si vas a un evento tipo buffet, lo ideal es que te sirvas una vez, suficiente cantidad en vez de poquita cantidad muchas veces. Incluye en lo que elijas los principales nutrientes: vegetales, harinas y proteína, teniendo presente que lo perjudicial son los excesos y que en este tipo de celebraciones el postre suele ser el toque final que es mejor incluir desde el principio.
6. Si tenés la opción de servirte las cantidades que querás, servite porciones pequeñas y así podés probar de todo un poquito.
7. Compartí el postre o pedí una porción pequeña, ya que este tipo de preparaciones son las que a veces aportan la mayoría de calorías.
8. Si la comida es muy alta en calorías tartá de compensar con lo que vayas a tomar, eligiendo bebidas sin azúcar o bajas en calorías.
9. Si ya hay más confianza con tu anfitrión podrías preguntarle el menú y ofrecerte a llevar algo para complementarlo, por ejemplo, si notás que casi no hay vegetales incluidos, podés ofrecerte a llevar una rica ensalada que complemente la comida y así no llegas con las manos vacías.
10. Llevar algo del menú que sea nutritivo y rico también ayuda mucho, no solo para cuidarte vos, si no cuidar a todos los comensales, pero de eso hablaremos la próxima semana.
Fotografías por Natalia Salazar