Fotografías por Mario González
Cada vez que escuchamos a alguien hablar de yoga nos pasa por nuestra cabeza todas las imágenes que en algún momento hemos visto de Dioses con cabezas de elefantes y 8 brazos. O bien, de personas abrazando árboles, rapándose las cabezas o dejando muy, pero muy olvidado a eso que llamamos, desodorante.
Todas éstas imágenes están basadas en estereotipos. Estereotipos formados por la sociedad, la moda o los tabúes. Cada idea que tenemos de algo lo almacenamos en nuestra mente como libros en una biblioteca y cada vez que necesitamos una referencia acerca de algo, es de ahí, de donde nuestra mente obtiene la información.
Toda mi vida he querido ¨hacer mi propio camino ¨, no sé si por rebeldía o porque no había camino ya hecho que me satisficiera completamente. Me atrevo, con muchas dudas, a decir que, a mis 31 años, he empezado a entender cómo se construye un camino.
Para términos de éste artículo, definamos camino como: Línea de pensamiento sobre la cuál regimos la manera en que vivimos, es decir, una filosofía de vida. Desde lo que nos permitimos hacer, pensar y/o sentir, hasta lo que no.
Vuelvo a hablar sobre mí misma porque en realidad no puedo hablar de nada más que de mi propia experiencia. Desde pequeña inicié mi ¨búsqueda espiritual ¨, me uní a varias iglesias de diferentes religiones. De todas podía rescatar algunas cosas que me gustaban pero había un montón de otras cosas que me hacían salir huyendo. Aún, en mis 10 años en el camino del yoga, hay cosas que me hacen querer salir huyendo, sin embargo, este ¨camino ¨ me da más libertad para lidiar con las incomodidades. O mejor dicho, en éste camino, me siento más libre para cuestionarme, incluso, acerca del camino mismo. Pero aún así, no es mi camino.
Qué enredo, ¿verdad? Trataré de mantenerlo simple.
Fue hasta hace poco que conocí a una maestra, a una gurú que me dejó todo bastante claro. Y ¡qué alivio fue esto! Sus palabras fueron la respuesta qué siempre había buscado. Aunque en realidad siempre lo supe, pero necesitaba que alguien de ¨mayor rango ¨ me lo comprobara. – Esto de necesitar la aprobación de los demás es un problema de personalidad que no voy a discutir; al menos no hoy-
Todos los caminos espirituales – que no sean ortodoxos, extremistas y/o fundamentalistas, claro está – son herramientas que con tu creatividad te ayudan a construir tu propio camino. Es decir, vos, con tu intuición, podés crear tu propia espiritualidad.
Si te gustan los animales y no te los comés, eso se convierte en tu espiritualidad, en tu camino. S¿entís un llamado por ayudar a las poblaciones que sufren y te querés hacer un misionero? Dále, esa es tu espiritualidad, tu camino. O bien, si te apasiona la industria de la moda y querés expresarte a través de ella, ese es tu camino.
Abrir un camino significa, algunas veces que vamos por la ruta equivocada. Y darse cuenta de eso, es también, formar trecho, es decir, avanzar. La ventaja de tener tu propio camino es que, siempre podés cambiar de dirección hacia donde mejor te sintás para que, sin importar hacia dónde vas, siempre quede, en cada huella, tu autenticidad.
Creé en lo que vos querás creer, que esta vida la vivís vos y nadie más. Pero para ser exitoso en hacerte feliz tenés que vaciar la librería de estereotipos y atreverte a experimentar. A ser un canvas en blanco. Sin prejuicios ni expectativas.
Y entonces, para terminar, haré un popurrí de citas de variadas procedencias:
¨¡Adelante mis valientes!… que se hace camino al andar¨