¿Has escuchado de la dieta libre de gluten? Se utiliza como tratamiento para la enfermedad celiaca pero en los últimos años se ha convertido en una de las dietas más populares, por eso el fin de este artículo es presentarte los puntos más importantes de esta dieta a sabiendas que lo más recomendable es consultar con un profesional en nutrición antes optar por eliminar el gluten de tu alimentación, porque esta es una opción para algunas personas que realmente lo requieran.
Si sospechás que tenés algún tipo de alergia o intolerancia al gluten, lo ideal es consultés a un médico y no iniciés una dieta sin gluten antes de tener el diagnóstico de un especialista, ya que dificultaría el diagnóstico de la enfermedad. La ingestión de pequeñas cantidades de gluten o trazas puede producir la lesión de las vellosidades intestinales, no siendo necesaria la aparición de síntomas clínicos.
El gluten es una proteína presente en la mayoría de los cereales, principalmente en el trigo pero también en el centeno, la cebada y, en menor cantidad, en la avena. Por lo tanto se encuentra en todos aquellos productos elaborados con estas harinas (panes, galletas, pastas, cereales para el desayuno, tortillas de harina, e incluso espesantes, sopas y algunas salsas o alimentos con aditivos alimentarios, que pueden contener trazas del mismo). El gluten carece de valor nutricional pero es valioso a nivel tecnológico ya que este el responsable de la elasticidad de la masa de la harina, lo que produce esa consistencia esponjosa de panes y masas horneadas.
Es muy común que personas que no tienen un diagnóstico de sensibilidad al gluten o de enfermedad celiaca pero han escuchado que eliminar el gluten puede ayudar a bajar de peso o quemar la grasa, pero hay que tener claro que una dieta libre de gluten no significa que es libre de pan pero si puedo comer pizza o tomar cerveza “light”, una dieta sin gluten NO es una dieta sin carbohidratos, por lo que si sigue una dieta libre de gluten debe ser muy BALANCEADA, otras fuentes de harina como los tubérculos, arroz, leguminosas, quinoa, o maíz, una buena cantidad de vegetales y frutas, carnes preferiblemente magras, evitando los embutidos, que incluya frutos secos, aceites vegetales y lácteos podrían consumirse todos siempre y cuando la persona no se intolerante a la lactosa.
Sí hay estudios que observan que el gluten no es tan inocente, ya que si se ha vinculado con el desarrollo de enfermedades autoinmunes pero no hay suficiente información científica que lo convierta en una proteína prohibida. Además:
- Es innecesario, solo va a limitar tu disposición de alimentos a elegir, así como bebidas que también pueden contener gluten, podés bajar de peso incluyendo ciertos alimentos con gluten pero tampoco abusando de ellos.
- Es más costosa, debido a que los productos “gluten-free” suelen ser mucho más caros.
- Puede provocar deficiencias nutricionales, los cereales con gluten son fuente también de micronutrientes esenciales (recuerda que esencial quiere decir que el cuerpo no los produce, debemos comerlos).
- Podría aparecer el estreñimiento si no se aprende a consumir otras fuentes de harina ricas en fibra o una cantidad adecuada de frutas y vegetales que complementen la dieta.
A pesar de toda la información con respecto a la dieta sin gluten y la pérdida de peso, no hay evidencia científica que indica una relación causal entre seguir una dieta sin gluten y la pérdida de peso. De hecho, varios estudios realizados en pacientes con intolerancia al gluten que tenían exceso de peso o son obesos han demostrado que tienden a aumentar de peso bajo una dieta libre de gluten. Y no hay estudios de los efectos de una dieta libre de gluten en individuos sanos, por lo que no se puede decir si este tipo de dieta podría ser útil en el proceso de pérdida de peso.
Fotografías por Natalia Salazar