Una hortaliza muy gustada, ingrediente de la dieta mediterránea con un gran aporte nutricional para tu salud, la alcachofa es nuestro alimento de la semana. En Costa Rica algunos la conocen otros la han visto pero nunca la han consumido, ¿La has probado? Si la respuesta es no, después de este artículo tenés que animarte a aprovechar sus beneficios, acá te comparto los principales:
- Rica en fibra con bajo contenido de calorías
Ideal si estás llevando una alimentación baja en calorías o querés cuidar tu peso corporal. Una alcachofa mediana proporciona 60 kcal, no contiene colesterol y es baja en sodio.
- Elimina toxinas y favorece la función hepática
La alcachofa aporta cinarina, una sustancia ácida que tiene un efecto colerético el cual aumenta la producción de bilis, además ésta es diurética, por lo que ayuda a evitar la retención de líquidos, además ayuda a secretar jugos gástricos, disminuye el colesterol en sangre y ayuda a eliminar el ácido úrico o si tenés problemas para digerir las grasas, o hígado graso, también sería bueno que la incluyás en tu alimentación. Si padecés de cálculos biliares es mejor que la consumas con mucha precaución ya que puede empeorarlos por el aumento de flujo de bilis.
- Evita el estreñimiento
Al estimularse la bilis, por el mismo principio activo (la cinarina) ésta permite activar los movimientos intestinales, lo que favorece la digestión.
- Mantiene los niveles de colesterol
Aporta esteroles, los cuales ayudan a evitar la absorción de colesterol en el intestino.
- Fuente de vitamina B1
La necesidad de esta vitamina aumenta durante el desarrollo de los niños y tras el esfuerzo físico de los deportistas, por lo que si realizás bastante actividad física vas a necesitar consumirla. Por otra parte prácticas como el consumo de tabaco, de azúcar o de alcohol reducen la asimilación de esta vitamina, por lo que en primera instancia deberías tratar de disminuir el consumo de estas sustancias pero con más razón consumir fuentes de esta vitamina como la alcachofa.
5 Consejos para su almacenamiento y preparación:
- A la hora de comprar alcachofas, selecciona la más gordas y pesadas en proporción a su tamaño, con las yemas gruesas, compactas, bien formadas y de color verde claro. El tamaño no afecta su calidad.
- Para comprobar su frescura se puede apretar la alcachofa cerca del oído; si se escucha un crujido, aún está fresca.
- Si vas a consumirla cercana a los días de su compra lo ideal sería que no la limpies hasta que vayas a prepararla, guárdala en una bolsa plástica cerrada y colocarla en la parte más fría del refrigerador. Si preferís congelarla para que te dure más tiempo sí deberías limpiarla, pelarla y hervirla antes de introducirla en el congelador.
- La alcachofa se oxida muy rápido, y esto hace que se ennegrezca muy rápido por lo que lo más recomendable para evitar que esto suceda es que la coloques en un recipiente con agua, sal y limón mientras la limpias y la pelas para que se mantenga su color durante la preparación.
- Si vas a hervirla es recomendable que usés poca agua, o podés consumirla al vapor o incluso cruda, bien picada en ensaladas.