Tengo ya casi un año, de que cuando termino de hacer ejercicio (esto puede ser desde funcionales, hasta yoga) me dedico unos 5 minutos para sentarme y meditar. Algunos de ustedes se preguntarán ¿por qué hago esto?
La meditación logra una transformación de la mente. La meditación nos da herramientas para desarrollar diferentes beneficios como es la concentración, claridad, positivismo y calma en como vemos las cosas y nos permite verlas por lo que son, en su estado natural. Entre otras cosas, la meditación te permite observar los patrones y hábitos de tu mente, y nos permite desarrollar nuevos y más positivos hábitos y maneras de ser. Pero definitivamente una de mis definiciones favoritas es, “nos da el coraje de ser y aceptar quien somos”. Adicional a esto, la meditación te invita a poner tu atención en tu respiración y tu cuerpo, observando el estado del mismo, con la invitación a no emitir juicios sobre el mismo, solamente observar.
El ejercicio, a mi parecer, además de fortalecer nuestro cuerpo y moldearlo según lo que buscamos, me permite entrar en contacto con mi cuerpo, conocerlo, crear nuevos límites, llenarlo de energía y de amor. A pesar de que este era mi concepto, una parte de mí no lograba llegar a ese espacio de compasión, de no juicio y de aceptación que quería lograr con el mismo. De ahí entro la meditación.
Me di cuenta que si me sentaba 5 minutos a sentir mi cuerpo, observar mi respiración y los pensamientos que estaban ahí después de hacer ejercicio, podía relacionarme de otra forma con ellos. Me permitía sentir lo que había trabajado, mi mente interiorizaba lo que había logrado ese día y era capaz de ver la transformación no solo que el ejercicio aportaba a mi cuerpo, sino a mi mente también. Empecé a notar como cada día era más fuerte, no solamente físicamente sino también mentalmente. Esta conexión con mi cuerpo me permitió además entenderlo mejor y poder cuidarlo mejor, ya que mi atención hacía él era más precisa y me permitía conocer a mi cuerpo como no había logrado antes.
La meditación permitió que pudiera estar en paz con mi experiencia (dejar de juzgar como me salió la postura ese día o que tantas repeticiones logre hacer), dejará de relacionarme con ella como si fuera una pelea y eso permitió que mi corazón y mente pudieran conectar uno con otro y mi experiencia fuera mucho más enriquecedora y la conexión entre ellos mucho más suave.
Los invito a que lo intenten y puedan estar en armonía con su cuerpo, y tener el coraje de aceptar adónde estamos, hacia dónde vamos, y quienes somos.
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Aquí les dejo una pequeña práctica que pueden poner en práctica para empezar este camino de conexión con el cuerpo por medio de la meditación
Vas a sentarte en una posición cómoda. Esto puede ser en un cojín, el piso (con respaldar detrás o no) o hasta una silla. Simplemente vas a cerrar los ojos y vas a empezar a respirar. Tu atención va a enfocarse en el acto de respirar. Vas a observar tu inhalación y tu exhalación. Es posible que tu mente se vaya a pensamientos como tu to-do list del día o algún evento o reunión importante que podas tener, pero vas a hacer el esfuerzo de mantenerte con tu respiración. Esto no quiere decir que tratas de eliminar los pensamientos, si no que tu atención no está en ellos. Luego de unas cuantas respiraciones, podes virar tu atención hacia tu cuerpo. ¿Qué sensaciones están ahí presentes? ¿Podes sentir algo que no habías sentido antes? Podes hacer un escaneo de tu cuerpo de abajo hacia arriba o viceversa y observar las sensaciones y sentimientos que están ahí presentes. La idea es observar sin juzgar, simplemente observando, haciendo el esfuerzo de no emitir un criterio o juicio con lo que sientes, solamente dándote el permiso de sentir. Cuando hayas hecho tu escaneo, podes volver a tu respiración. Luego de unas cuantas respiraciones, podes respirar profundo unas dos veces y abrir tus ojos.
Sobre el autor:
Daniela es psicóloga, coach de vida y salud y maestra de meditación. Adicional a esto ha estudiado y recibido entrenamientos en psicología positiva del Maytiv Center en Israel, mindfulness y nutrición holística en el Institute of Integrative Nutrition en New York. Ella ha trabajado con niños, adolescentes y adultos tanto en ambientes educativos como en su práctica privada. Tiene actualmente un negocio y blog llamado Quiere Como Vives donde comparte información de bienestar, un estilo de vida saludable, recetas y salud mental. Podés contactarla en el correo: daniela@quierecomovives.co
Website: www.quierecomovives.com Email: daniela@quierecomovives.com
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