Entrevistamos a una psicóloga y a dos nutricionista para hablar sobre la discriminación que sufren las personas por su sobrepeso y cómo, desde estas dos áreas, se puede educar para cambiar los prejuicios de la sociedad.
Erika Rojas R.
Ejemplo número uno: “En reuniones sociales la gente se atreve a decirle a una persona con sobrepeso ‘tengo esta dieta buenísima para vos’, ‘metéte a hacer dieta’, ‘no comás eso”. Ejemplo número dos: “Una persona con sobrepeso entra a una tienda y de una vez le dicen ‘mirá disculpa, para vos no hay talla”. Ejemplo número tres: “He tenido pacientes a quienes en su trabajo no les dan un seguro médico porque tienen un índice de masa corporal (IMC) de tal número, entonces no son candidatos al seguro”. Ejemplo número cuatro: “Todos los prejuicios de que las personas gordas son vagas, que no se preocupan por su salud, que le prescriben dieta y ejercicio y no lo cumplen”.
Todo eso es gordofobia. Pero vamos a explicarlo mejor. “La gordofobia es el odio, rechazo o discriminación que sufren las personas solamente por ser gordas, y lamentablemente está muy sistematizado en la sociedad hacer comentarios y juicios de valor sobre el cuerpo de estas personas. Lo que se ha estudiado es que definitivamente las personas por solamente su peso, o por ser más grandes de lo que la sociedad dice, sufren discriminación en su trabajos, en la escuela, rechazo en actividades sociales, en relaciones sexo-afectivas, y les crea un impacto bastante importante”.
Todo lo anterior lo explica la psicóloga Francela Jaikel, especialista en trabajar con usuarios que padecen enfermedades mentales asociadas a la relación con la comida e imagen corporal, como los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA).
La gordofobia, detalla, “es equivalente al estigma y rechazo que sufren las personas por su género, por su religión y por su raza; es un estigma bastante importante, pero no reconocido como tal por algunas personas. Pero, por otra parte, cuando sí es reconocido, se habla de apología de la obesidad, y que al defender estos temas pareciera que lo que se quiere es que todo mundo esté gordo, y no tiene vinculación una cosa con la otra”.
¿Y qué es la apología de la obesidad? “La apología es un discurso en el que se alaba, defiende o justifica algo o alguien, pero nosotros no estamos alabando a las personas gordas, lo que estamos haciendo es visibilizando el impacto emocional que sufren las personas gordas, que sí hay una discriminación sistemática y estructural y que esto hay que eliminarlo. La lucha de la gordofobia es esta, no estamos hablando de que todos tenemos que ser gordos, que la gordura es lo mejor del mundo, no va por ahí”, afirma la psicóloga.
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Aunque la discriminación o bullying hacia hombres y mujeres con cuerpos grandes ha existido siempre, en los últimos años el concepto gordofobia ha abierto una conversación en la cual pocas veces hay consenso, y por lo cual activistas, deportistas, líderes y especialistas en áreas de la salud como la psicología y la nutrición han hecho sus aportes para educar y acabar con este rechazo hacia los cuerpos gordos. Lamentablemente, la lucha no parece estar llegando a su fin, todo lo contrario. Uno de los casos más recientes, de muchos que podemos encontrar en redes sociales, se dio a conocer a través de Instagram cuando una usuaria contó que acudió a un hospital buscando atención en psiquiatría o psicología para sobrellevar su ansiedad, pero tras ser atendida por una doctora y una enfermera, la única recomendación recibida fue bajar de peso e inclusive someterse a un tratamiento para ello, no para tratar su problema de salud mental.
“¿Por qué asociamos que una persona no se cuida o no hace ejercicio físico por su contextura? ¿Por qué? Eso no es cierto. Yo tengo pacientes que hacen muchísimo ejercicio y tienen una condición física excelente y tienen un peso alto. Pero esto es algo que la sociedad ha inculcado, que tienen que bajar de peso”, señala Jaikel.
Las consecuencias de juzgar y opinar sobre el cuerpo de las demás personas, explica la psicóloga, pueden derivar en un TCA, en depresión, ansiedad, o en otros problemas de salud mental.
“No encasillar a nadie por su peso y su IMC”
Tomar decisiones de alimentación en base al IMC, utilizar dietas de restricción, eliminar el consumo de macronutrientes y seguir estándares de belleza según la televisión y las redes sociales son algunas de las prácticas peligrosas, en cuanto a temas nutricionales, que pueden poner en práctica las personas que están bajo la presión de una sociedad que las señala por su contextura física.
La nutricionista Nazanin Mehdi Khan, quien se dedica a la nutrición desde un enfoque integral y en una relación más cercana y armoniosa con la cocina, explica que, desde su experiencia, la gordofobia genera miedo entre las personas. “La gordofobia existe y hace que muchas personas vayan al nutricionista porque creen que tienen que verse de una manera. Sin embargo, los diferentes tipos de cuerpo existen, así como existen los diferentes tipos de cabello: rubios, de colochos, lacios”, afirma.
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De acuerdo a su enfoque, existen varios aspectos a tomar en cuenta cuando una persona se acerca a consulta, y reconoce que el principal es no encasillar a nadie por su peso y por su IMC.
“El IMC es un parámetro que ya no debería utilizarse, porque es solo un número que define la relación entre la altura y el peso de la persona. Tampoco el peso ideal, porque no define si una persona está saludable o no”, explica la nutricionista.
Nazanin considera que para saber exactamente cómo está la salud de una persona, independientemente de su peso, es necesario ver su porcentaje de grasa, sus exámenes de sangre, triglicéridos, colesterol, vitamina D y un electrocardiograma, como mínimo. Y así como hay personas delgadas que no son saludables, hay personas gordas que sí lo son.
José Antonio Ibarra Solano, también nutricionista, explica que cada vez hay más apertura con los pacientes en trabajar para educar, quitar miedos, eliminar prejuicios y buscar mejor calidad de vida, pues ir al nutricionista no debería relacionarse solamente con bajar de peso. “Yo tengo pacientes que vienen porque quieren mejorar su alimentación porque tienen estreñimiento. Para la mayoría de personas ir al baño es normal, pero para otras no, y este tipo de cosas se pueden trabajar desde la alimentación”, cuenta.
Aunque tiene claro que abordar el tema del peso sigue siendo importante cuando se trata de salud. “Ya cuando una persona me dice que le cuesta agacharse, o que le duelen las rodillas, entonces podemos trabajar en disminuir poco a poco el peso extra que tiene, que para algunos puede ser como andar un salveque cargado de piedras”, afirma José Antonio.
Para finalizar, la recomendación del nutricionista es trabajar en aceptar que la salud no se ve igual en todos. Así como que, desde el tema de la alimentación, los especialistas deberían guiar, educar y no promover la restricción y, por ende, la gordofobia, porque “para muchas personas la alimentación genera culpa y afectación emocional”.