Por Erika Rojas
Paola tiene 33 años de edad y por lo menos los últimos cinco de dedicarse al deporte de manera profesional. Es la entrenadora de Nike Training Club (NTC) para Panamá, y hace unas semanas estuvo en Costa Rica, por quinta vez, para dirigir un entrenamiento masivo junto a dos coach más.
Es la menor de tres hermanas, sus padres son españoles pero hace muchos años se instalaron en Panamá, donde Paola divide su tiempo entre los eventos masivos de Nike, dirigir clases de entrenamiento funcional en un gimnasio en Ciudad de Panamá y presentar un programa de televisión llamado Maldita Rutina.
¿Por qué Maldita Rutina? Porque la idea del programa es mostrarle a la gente que entrenar no solo es ir al gimnasio tradicional de máquinas y que hay muchas opciones de entrenamiento diferentes para estar activos.
En su caso, además de dedicar gran parte del día a sus clases y a sus entrenamientos, se mantiene activa junto a su perro Jager, haciendo Stand Up Paddle y durmiendo (que también es importante para la salud). Aunque estos tres son sus hobbies, todo, casi siempre, termina estando relacionado a la actividad física.
Pero no siempre fue así, y en esta entrevista Paola Carballeda nos lo cuenta.
¿Cuál es tu formación?
Yo soy licenciada en psicología de profesión, luego trabajé en una agencia de publicidad y luego, cuando empecé a entrenar, por hobbie, para cuidarme, encontré un sistema de entrenamiento que se llama tacfit. En ese momento, como me fui metiendo más, empecé a asistir al coach de Panamá en esas clases, y como me iba bien, y ya tenía bastante gente, me fui a certificar en Estados Unidos con un sistema que se llama Onnit Academy.
¿Por qué decidiste certificarte?
Cuando empecé a ser asistencia en las clases, y me iban dando más y más, sentí que tenía una responsabilidad, de que tenía seres humanos que se pueden romper, y que no podía hacerlo nada más repitiendo lo que había aprendido de alguien más, que necesitaba tener mis propios conocimientos. Además como que tu amiga te dice “¿y si me entrenas?”, “¿y si me entrenas a mí y a una amiga?”, y de repente tenía tres amigas, tenía cuatro amigas… siete amigas en un gimnasio, y a las amigas de mis amigas también, y dije “esto se está saliendo de control”.
Al ver que había una oportunidad para mí (porque empecé con una, con dos y luego con siete amigas, era porque no lo estaba haciendo tan mal), vi que sí necesitaba conocimientos reales, y no basarme solamente en mi experiencia y propio entrenamiento. Esto fue en 2012.
¿Cómo llegaste a Nike?
En ese mismo año (2012), pero meses después, Nike se acercó a mí, yo posteaba muchas cosas en redes sociales de entrenamiento y usaba mucho la aplicación de ellos (NTC), porque realmente me gustaba. Esto suena a que lo inventé, pero no es así. Y cuando ellos empezaron a buscar a alguien, para que fuera la representante de esa NTC allá en Panamá, ya me habían visto a mí.
Antes de que tomaras la decisión de certificarte y dedicarte al deporte, ¿a qué te dedicabas?
Era creativa, trabajaba en publicidad para una tienda por departamentos muy grande en Panamá. Y lo que hacía era que entrenaba, para mí, antes de ir a trabajar y después del trabajo iba a la clase en la que daba asistencia.
Después tuve otro trabajo, en el que duré muy poco. Y en ese trabajo era la clásica persona que se quejaba todo el tiempo, llegaba a mi casa y me quejaba de mi jefe, de mi trabajo, y yo decía ‘¿por qué tengo que estar trabajando en una cosa que me hace quejarme tanto tanto?’. Entonces empecé a pensar qué podía hacer, qué era lo que me encantaba y era dar las clases, fue ahí donde decidí renunciar y dedicarme full a esto.
Cuando eras pequeña, ¿qué querías ser de grande?
Quise ser enfermera, quise ser psicóloga. Siempre quise algo que estuviera relacionado con gente, es lo único constante que ha habido, que siempre he querido estar al servicio de la salud de alguien más.
¿Cómo fue tu infancia, desde pequeña te inculcaron hacer deporte?
Yo vengo de una familia súper tradicional, nadie hace deporte en mi casa, yo hice ballet porque todas las niñas hacen ballet, ¿sabes? No era que yo era una reconocida bailarina. Como hasta los 13 años hice ballet.
Después de ahí me puse rebelde, me corté el pelo y me hice rockera y entonces no quería hacer deporte. Y vengo de una familia en la que nadie hace deporte, así que no pasaba nada si no hacía deporte. Y mi escuela tampoco era una escuela enfocada al deporte.
¿Y cómo te involucraste en el deporte al punto de ser entrenadora?
Cuando estaba en la universidad iba dos o tres veces por semana al gimnasio tradicional, aburrido, del que me salía, y como a los 27 años, cuando ya estaba mucho más adulta, y de que te comes un guisante y te engordas yo decía ‘coño, me estoy poniendo como gordita’, entonces decidí buscar otras opciones que no fueran ese gimnasio del que siempre me terminaba saliendo.
Encontré esta disciplina que se llama tacfit que casualmente la daba un amigo cercano, y fue como ‘esto es perfecto, esto me encanta’ e hice click con ese entrenamiento funcional. Ya yo no hago eso, luego lo dejé y ahora me dedico a otro tipo de entrenamiento, pero eso fue lo que me ayudó a acercarme.
¿Y ya no hay vuelta atrás?
Ya no hay manera, mi vida gira en torno a esto, a hacer deporte, no es como que yo acomodo el ejercicio a mi vida, que es lo que le pasa a la gente que normalmente tiene un trabajo, que tiene que acomodar esa hora de entrenamiento en el día y siempre hay algo que interrumpe. En mi caso es al revés, una cena con unos amigos o salir por ahí interrumpiría mi día de entrenamientos regulares.
¿Cuál es tu principal motivación para mantener tu nivel deportivo?
Como yo le digo a la gente, uno no siempre está motivado, eso de que yo vivo motivada es una gran mentira porque uno tiene problemas, momentos en los que emocionalmente no estás tan poderosa, y entonces ahí es donde, si tu día ya no funciona sin hacer esto, te tienes que agarrar de la disciplina. Ya son tantos años de saber cómo funciono que ya no hay nada que me pueda hacer flaquear, entonces cuando no hay motivación te queda tu propia disciplina.
Además, el hecho de que yo dé clases, me hace tener una responsabilidad hacia 35 personas diarias. Tengo que ir de buen humor, con ganas, con una buena palabra. Y eso me ayuda a no poderme descarriar. Yo soy de la fiel creencia de que si yo soy entrenadora yo me tengo que ver como alguien que entrena. No puedo darme el lujo de dejar de entrenar dos o tres meses, incluso cómo yo me vea es algo que puede llegar a motivar a otra gente, entonces es una combinación entre disciplina y la responsabilidad que tengo con las otras personas.
¿Qué es lo más difícil de que este sea tu trabajo?
Que tal vez a veces quisiera darme más gustos de los que me puedo dar, o de los que yo decido darme, porque yo soy muy disciplinada. Y si ya mi imagen es como de fuerza, de empoderar a los demás, la que les da las ganas a ellos, no puedo mostrarme en plan: ‘llevo tres semanas en las que no quiero entrenar’. No es positivo, es bueno decirlo para que la gente sepa que eres humano y también te pasa lo mismito que a ellos, pero no te puedes dar el lujo de mostrarlo tanto porque realmente tu trabajo es empoderar gente.
¿Cómo sería tu vida laboral si no existieran las redes sociales?
Sería igual, seguramente no perdería tanto tiempo en eso. Tendría más tiempo para dormir, o para hablarle a mis amigos y no estar viendo el celular. Sería lo mismo porque seguiría dando clases, que es mi principal fuente de trabajo, las clases que doy diarias, y creería que el boca a boca me traería clientes, como fue toda la vida.
¿Qué clases das ahora mismo?
Doy clases de NTC en un gimnasio, son dos clases en la mañana y dos en la noche, con grupos de 15 personas, más o menos. Además de los eventos masivos como el que tuvimos en Costa Rica, que se hacen una o dos veces al mes, y la idea es traer a mucha más gente a la comunidad, que conozcan la aplicación y que no dependan de mí para hacer las clases, si no tienen dinero para pagar la afiliación a un gimnasio o si van a un gimnasio y no saben qué hacer, que sepan que esta herramienta la pueden usar para entrenar.
¿Cómo es tu relación con tus seguidores que te siguen en redes sociales o en televisión?
En el supermercado me pasa, estoy ahí, en pijama, comprando huevos y el man de al lado: “se te acabaron los huevos, porque comes mucho”. Y yo pongo esta cara de: ‘tu sabes’ (se ríe).
Ciudad de Panamá no es tan grande, entonces si no es porque te vieron la tele, es porque te vieron corriendo alrededor del gimnasio. Y sí hay mucha cercanía, y me gusta tomarme el tiempo para ellos, para las personas que me escriben por Instagram. Sí hay mucha comunicación, y me pasa que mucha gente distinta se me acerca, desde un niñito de 10 años, hasta un señor plomero que me encontré.
Siempre, independientemente del país en el que hagamos los eventos, la gente sale feliz, sale con una sonrisa en la cara.
Cinco consejos de Paola para empezar a hacer deporte
Busca un entrenamiento que te guste. “Si haces un entrenamiento y no te gusta, busca otro, y si ese tampoco te gusta, no tires la toalla, puede ser que haya uno, de noche, que es cuando estás más activo, por ejemplo, que sí te guste. Uno tiene que estar constantemente en la búsqueda de lo que más nos gusta”.
Busca un horario que te convenga.
Pide ayuda a tus amigos. “Pégate a un amigo que sí esté motivado y que los primeros meses sea la persona que te ayude”.
Busca un centro de entrenamiento cerca de donde te mueves. “No vayas a un gimnasio que te quede incomodísimo. Hay que buscar cosas cómodas, que te queden cerca o puedas hacer en casa”.
Hazlo por salud. “Olvídate de que vas a quedar flaco, de que vas a tener cuadritos, de que vas a tener músculo. Es que te vas a morir ¿sabes? Te vas a morir antes de lo que te toca y si no lo haces ahora, va a llegar el momento en el que el doctor te va a decir que empieces, entonces es mejor hacerlo antes de que sea él quien te mande a hacer deporte”.
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Sobre el autor:
Erika es periodista y marketera digital. Trabajó en Al Día y Vuelta en U. Hoy es editora digital de La Nación. Quiere volver a correr una maratón y hablar francés.